viernes, 19 de noviembre de 2010

Una interpretación sobre un discurso de la UIA


En la conferencia de la UIA, su vicepresidente como leemos en Página/12 , declaró lo siguente:

“La excesiva intervención estatal no sólo ahoga la economía sino que tiene consecuencias intrínsecas para el propio Estado, porque el que mucho abarca poco aprieta”… "Queremos un Estado que proteja a la industria de la competencia desleal. Es preciso trabajar para consolidar en el país un proceso de desarrollo creciente y sostenido con inclusión social"

Lejos de creer en un error involuntario o una contradicción por parte del dirigente industrial, pienso que una clave para interpretar sus dichos está en el concepto de intervención estatal que se utiliza en el discurso.  Este concepto, como señala Eduardo Rinesi en este video, se caracteriza por la necesidad de un Estado como subsidiario del capital privado, algo característico de los noventa. . Esta concepción implica que el Estado no solo no tiene que meterse en el mercado, omitiendo actuar por su cuenta para nivelar sus desigualdades, sino también que tiene que actuar para evitar que otros se metan en él y afecten las ganancias de las empresas del mercado nacional. Llevando estos términos a una metáfora ilustrativa, podemos decir que si hay una carrera entre un paralítico y un corredor profesional, el Estado tendría que garantizar que ambos competidores partan del mismo punto y que nada externo los estorbe en su competición, la cual sería el único mecanismo lícito para determinar quien debe ganar.(Insisto que no es muy formal el planteo, solo una ilustración)
En resumidas cuentas: Es errado creer en el retiro total del Estado en los 90, pues la piedra angular del neoliberalismo, la ley de convertibilidad, no es otra cosa que una medida intervencionista, que paradójicamente fue apoyada por numerosos periodistas liberales (Ver Daniel Muchnik Argentina Modelo Manantial, 1998). El Estado que se busca evitar en estos dichos es el que intervenga en pos del bien común, fomente discusiones y busque nivelar el destino desigual de los recursos de la comunidad,  algo que se está intentando como se lee acá , con la Asignación por hijo.
Pero después de las consecuencias catastróficas de la década menemista ¿Es posible pensar al mercado como el único asignador de recursos y mediador de las tensiones que surgen necesariamente de la comunidad? Para estor sectores sí, pues fueron beneficiados por el neoliberalismo y las “fuerzas de los mercados”. Pero en la actual coyuntura en la que se intentan dejar de lado las naturalizaciones neoliberales como las del mercado, las tensiones y las discusiones que necesariamente surgen en todo proceso de cambio, han vuelto porque como se dijo hasta el cansancio, volvió la política. Y según creo y espero, esta vez es para quedarse …

PD (de no necesaria lectura): Luego de un merecido descanso del oficio de blogger de tiempo completo (?), he vuelto para la alegría de todos mis lectores (?).