miércoles, 1 de diciembre de 2010

¿“Cablegate”?



Todos estamos entretenidos con el asunto “wikileaks”, porque según parece le han dado al imperio donde más le duele, logrando echar luz sobre lo que era oscuro. Además como veremos paulatinamente la publicación de los 250.000 documentos, parece que el golpe será prolongado y duro. Algunas preguntas: ¿Constituye “el cablegate” una fisura en la dominación global de EEUU? ¿Constituirá el pedido de disculpas de Hillary Clinton el reconocimiento del impacto sobre el país del norte?

Mi respuesta es negativa para ambas inquietudes. Primero, porque como leemos acá el gobierno estadounidense ya estaba avisado de esto y los 5 diarios que publican los documentos desclasificados aseguraron que no publicarían la totalidad de los mismos para no perjudicar la seguridad del país. Entonces,  el sitio Wikileaks que se autopromociona como “abridor” de gobiernos,  está atravesado por los medios. Eso no es malo, sólo lo señalo para repensar "lo out" del sistema que está el sitio de Assange. En otras palabras: si el “contra uso” de los medios se da bajo las mismas reglas que el uso corriente, no veo el “contra”. ¿Será como dicen en the prisoner “there is no outside, there is only in”?.

Segundo porque como señala bien Tokatlian acá, el sostenimiento de EEUU como potencia se ha debido principalmente a su fuerza militar que ha ido en aumento con el paso de las décadas. En sus palabras:

“En esa dirección, lo que los papeles de Wikileaks confirman es la persistencia de un conjunto básico de objetivos compartido por republicanos y demócratas: frenar a China, disuadir a Rusia, cooptar a India, controlar a Europa, asegurar el sistema de bases militares extendido desde el corazón de Asia Central hasta el Cuerno de Africa, recelar de las Naciones Unidas, mantener un esquema neo-protectoral de facto en Irak y Afganistán, defender a Israel, sostener a Arabia Saudita, poner en cuarentena a Pakistán, contener a Irán, vigilar a Turquía, aislar a Venezuela y otros potenciales regímenes calificados de “canallas”, y regular el ascenso de poderes emergentes (Brasil, Sudáfrica).”

En pocas palabras: la fuerza militar del país es tan grande, que poco importa que digan los diplomáticos republicanos o demócratas a la hora de la política exterior.  Esto porque como bien dice Tokatlian “el tacto diplomático se ha tornado subalterno al músculo militar”.

Tercero, porque, como remarcan acá, el mismo diario que publicó los cables aclará que estuvieron disponibles para ¡3000000 de personas! Para una idea, son casi 43 canchas de River.  A alguna de estas personas le pudo haber gustado la idea de que sus propios escritos salieran ala luz, así se hacía conocido.

En resumidas cuentas, no va a ver cambios en la política exterior a partir de este asunto.  Probablemente el manejo de cables diplomáticos se vuelva más restringido en el futuro, lo que sería un “efecto bumeran” contra la democratización propugnada desde Wikileaks. Pero eso y nada más…

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